Comentario
Tradicionalmente se ha dividido la Península Ibérica en dos áreas, ibérica y céltica. No obstante, a partir de los estudios citados en el apartado anterior y otros más realizados desde mediados de este siglo y en los últimos años, se observa en la actualidad que esta distinción es excesivamente simplificadora, pues los avances producidos, tanto a partir del hallazgo de nuevos materiales, arqueológicos y fundamentalmente epigráficos, como a partir de nuevas interpretaciones de materiales ya existentes, han puesto de manifiesto la realidad de un panorama mucho más complejo en la Península ibérica durante la época prerromana, esto es, en el momento inmediatamente anterior a la conquista romana, la cual, como ya hemos dicho, no se produjo de golpe, sino de forma gradual e incluso con avances y retrocesos.
En la actualidad, a partir de la información que nos transmiten las fuentes escritas, la arqueología y la lingüística, podemos distinguir dentro de la Península Ibérica diferentes áreas histórico-culturales, aunque esta distinción no sea tajante en el sentido de que elementos de un área no puedan estar en otra o que exista una delimitación tajante entre unas áreas y otras, es decir, no se puede trazar una línea precisa de separación que marque una diferenciación radical entre una zona y otra, sino que más bien debemos hablar en algunos casos de zonas de influencia o zonas freáticas entre áreas.
Teniendo en cuenta la información a que hemos hecho referencia, podemos distinguir en la actualidad dos grandes áreas (ibera e indoeuropea), en cuyo interior se pueden diferenciar asimismo varias subáreas.